
"...
Para entonces (en los primeros
años de la vida de mi hija), la economía ya se había convertido en algo
importante en mi vida. Como les dije, yo empecé a estudiar esa carrera no
tanto por interés hacia la materia como por razones
utilitarias. Sin embargo, una vez iniciados los estudios, aquello empezó a interesarme, sobre todo
el aspecto más humano de la economía. Una pregunta que me formulan con frecuencia es la de cómo un economista
llega a la literatura. Para empezar,
aclaro que, en mi caso, eso no es así.
Yo fui escritor antes que economista, pero fui conocido mucho antes
como economista que como escritor, lo cual
induce a confusión. De todos modos, quienes preguntan esto, lo que en
realidad están planteando es cómo se compaginan los números con las letras. La
respuesta es muy sencilla si uno ve la
economía no como una técnica para hacer dinero, sino como una ciencia
social que se refiere a comportamientos
humanos. Naturalmente la economía se
puede utilizar para ganar en bolsa, para hacer beneficios, sirve para comprar, vender, especular,
dirigir una política económica y
cosas tan importantes en la vida, pero cuando
hablamos de precios y salarios, cuando hablamos de consumo, de
producción, estamos hablando de obreros, de
empresarios y trabajadores, de consumidores, de gente necesitada. Cuando hablamos de subdesarrollo,
estamos hablando de países pobres,
estamos hablando de pobreza y riqueza, del reparto de bienes. Y todo eso son
comportamientos humanos. Se trata de lo que hace la gente para vivir, para explotar, ser explotado o dejar de
serlo. Desde ese punto de vista, el arte, corno vía de conocimiento, en absoluto se contrapone a una ciencia social.
José Luis Sampedro “Escribir es vivir”